jueves, 15 de enero de 2015

El celular, falta de disciplina y el gimnasio: mala combinación.

El celular, falta de disciplina y el gimnasio: mala combinación.




Hoy en el gimnasio que voy, casi soy testigo de una muerte, gracias a los celulares y su uso a la hora de entrenar. Estaba muy tranquilo terminando mis últimos pasos de mi caminata de granjeo diaria, cuando veo que un instructor o “trainer” del gimnasio al que voy le estaba enseñando un señor, ya en sus cuarentas, como hacer un press de banca. El instructor, muy poco interesado en que la persona novata aprenda, le dice vagamente las indicaciones para hacer este ejercicio, le dice la serie y las repeticiones (la cual si mal no recuerdo era la típica de rutina 4x15, muy poco efectiva para la hipertrofia muscular rápida y menos si se es un inexperto).


 Comienza sus series el señor y en la última veo como sus brazos tambalean al tratar de subir en lo que creo que era su ultima repetición. Espero un poco a ver cuál va a ser la reacción del “experto” en mi gimnasio, entonces me percato que este anda muy concentrado con su Smartphone, sin pararle ni medio al pobre señor que estaba a punto de caerle unos 70 kilogramos ( la barra que pesa 30 kgs  mas 2 discos de 20 kgs) sobre su pecho. Suelto inmediatamente las mancuernas y voy a ayudar al señor en su apuro, mientras este estaba a punto de pedir auxilio. De repente, veo como la barra cae de golpe en su cuello, como si de una guillotina se tratase mientras corro a ayudar al hombre en su desespero. Al fin llego a donde está el señor casi asfixiado (yo estaba al final del gimnasio, menos mal que éste es pequeño) y lo ayudo a elevar la barra hasta donde se sujeta arriba del banco.




El señor, con la cara muy roja y la respiración acelerado me dice “gracias hijo, casi me muero”, mientras le decía que no había problema y que la próxima vez que esté tan cansado al hacer un ejercicio, le avisara a alguien para que cualquier cosa lo ayudara. El señor responde que si lo había hecho, que le dijo al entrenador que iba a hacer esta repetición muy cansado y que no sabía si podía terminarla, que el “supertrainer” le dijo que estaría pendiente de él, cuando entonces los dos volteamos a donde estaba el sujeto, el cual estaba sonriendo y respondiéndo a alguien de su celular mientras estaba recostado de una maquina.
Menos mal que el señor no estaba solo con el gran entrenador, porque si no mínimo estaría la policía forense verificando los hechos en este momento, pero bueno son las cosas cuando una persona (la cual tiene un salario) no hace bien su trabajo y está metido en su mundo mientras que sus clientes hacen de forma incorrecta y sin su supervision los ejercicios, trayendo riesgos de lesiones y en este caso (sin exagerar tanto) hasta la muerte. Al trabajar con público y más cuando se le esta enseñando a otra persona, debe haber especial responsabilidad de nuestra parte




¿Qué opinan ustedes guerreros? Me gustaría saber tu opinión y si tienen historias similares.

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