El celular, falta de disciplina y el gimnasio: mala
combinación.
Hoy en el gimnasio que voy, casi soy testigo de una muerte,
gracias a los celulares y su uso a la hora de entrenar. Estaba muy tranquilo
terminando mis últimos pasos de mi caminata de granjeo diaria, cuando veo que
un instructor o “trainer” del gimnasio al que voy le estaba enseñando un señor,
ya en sus cuarentas, como hacer un press de banca. El instructor, muy poco
interesado en que la persona novata aprenda, le dice vagamente las indicaciones
para hacer este ejercicio, le dice la serie y las repeticiones (la cual si mal
no recuerdo era la típica de rutina 4x15, muy poco efectiva para la hipertrofia
muscular rápida y menos si se es un inexperto).
Comienza sus series
el señor y en la última veo como sus brazos tambalean al tratar de subir en lo
que creo que era su ultima repetición. Espero un poco a ver cuál va a ser la reacción
del “experto” en mi gimnasio, entonces me percato que este anda muy concentrado
con su Smartphone, sin pararle ni medio al pobre señor que estaba a punto de
caerle unos 70 kilogramos ( la barra que pesa 30 kgs mas 2 discos de 20 kgs) sobre su pecho.
Suelto inmediatamente las mancuernas y voy a ayudar al señor en su apuro,
mientras este estaba a punto de pedir auxilio. De repente, veo como la barra
cae de golpe en su cuello, como si de una guillotina se tratase mientras corro
a ayudar al hombre en su desespero. Al fin llego a donde está el señor casi
asfixiado (yo estaba al final del gimnasio, menos mal que éste es pequeño) y lo
ayudo a elevar la barra hasta donde se sujeta arriba del banco.
El señor, con la cara muy roja y la respiración acelerado me
dice “gracias hijo, casi me muero”, mientras le decía que no había problema y
que la próxima vez que esté tan cansado al hacer un ejercicio, le avisara a
alguien para que cualquier cosa lo ayudara. El señor responde que si lo había
hecho, que le dijo al entrenador que iba a hacer esta repetición muy cansado y
que no sabía si podía terminarla, que el “supertrainer” le dijo que estaría
pendiente de él, cuando entonces los dos volteamos a donde estaba el sujeto, el
cual estaba sonriendo y respondiéndo a alguien de su celular mientras estaba
recostado de una maquina.
Menos mal que el señor no estaba solo con el gran
entrenador, porque si no mínimo estaría la policía forense verificando los
hechos en este momento, pero bueno son las cosas cuando una persona (la cual
tiene un salario) no hace bien su trabajo y está metido en su mundo mientras
que sus clientes hacen de forma incorrecta y sin su supervision los ejercicios,
trayendo riesgos de lesiones y en este caso (sin exagerar tanto) hasta la muerte.
Al trabajar con público y más cuando se le esta enseñando a otra persona, debe haber especial responsabilidad de nuestra parte
¿Qué opinan ustedes guerreros? Me gustaría saber tu opinión
y si tienen historias similares.
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